Laudatio Dr. Rodés a cargo del Dr. Pérez-Mateo Regadera

4 octubre 2002

 

Excmo y Magnífico Sr Rector de la UMH

Doctores del claustro

Dignísimas autoridades

Estimados amigos, Sras y Sres

La oportunidad de rendir homenaje a una destacada figura de la docencia y la investigación constituye, sin ningún género de duda, uno de los actos más gratificantes de la vida académica. Por este motivo, deseo agradecer al claustro de doctores la ocasión que me ofrece de presentar al Profesor Juan Rodés Teixidor, de la Universidad de Barcelona, con motivo de la concesión por la UMH del grado de Doctor honoris causa. Intentaré, en esta breve disertación, reflejar los méritos académicos que le hacen merecedor de tan alta distinción, aunque no es una tarea fácil glosar la figura del Prof. Rodés en un corto espacio de tiempo, dada la diversidad de campos de actividad universitaria donde, a lo largo de su vida, ha realizado aportaciones dignas de ser mencionadas y la gran relevancia de las mismas.

El Prof. Rodés nació en 1938 en Barcelona. Fueron aquellos años difíciles los que le impidieron, como él mismo ha confesado en alguna ocasión, disfrutar plenamente de la niñez, acostumbrándose desde esa época temprana a tomar la vida muy en serio. Ya en su juventud se comprometió en las movilizaciones estudiantiles de los años 60. Alcanzó el título de Licenciado en Medicina por la UB en 1962 con un brillante expediente. Durante ese período demostró precozmente su inclinación hacia la actividad clínica, logrando ser alumno interno por oposición de la Clínica Médica C, que dirigía un ilustre Catedrático de la citada Universidad, el Dr Gibert Queraltó.

Finalizados sus estudios, el recién licenciado Dr. Rodés desarrolló su periodo formativo en la ya citada cátedra del Prof. Gibert. Llegaban por entonces a España y a la organización hospitalaria aires de cambio. Por una parte, la antigua estructura de la Cátedra, con su acusada organización piramidal y espíritu de conocimiento enciclopédico tocaba a su fin. En esa dirección, el Prof. Rodés intervino buscando la conversión de la antigua ordenación del Hospital Clínico de Barcelona (HCB) en otra más moderna de Servicios, en la que la eficacia asistencial fuera mucho más acusada. Por otra parte, con una clara visión de futuro identificó un área de la Patología con grandes posibilidades de desarrollo, como era la Hepatología, el conocimiento de las enfermedades del Hígado. Por aquellos años, los pacientes con cirrosis hepática –la enfermedad más frecuente de este órgano– no eran precisamente objeto de deseo por parte de los clínicos, dada la pobreza de las medidas que podían ofrecerse para su alivio. Pero, como en alguna ocasión ha confesado el propio Prof. Rodés, la existencia de este grupo de enfermos, casi desahuciados, supuso un desafío para emprender una inmensa tarea clínica, docente y, muy destacadamente, de investigación. Hoy las enfermedades del hígado se encuentran entre las de mayor prevalencia y el panorama terapéutico ha cambiado radicalmente, gracias al desarrollo tecnológico, sobre todo al trasplante hepático.

En esta línea, el Prof. Rodés fue colaborador de uno de los padres de la Hepatología mundial, el Prof. Jacques Caroli, del Hospital Saint Antoine de Paris, pionero en el desarrollo del conocimiento de las enfermedades hepáticas. Iniciaba así, con su propio ejemplo, una práctica que ha presidido la política del Servicio de Hepatología del Hospital Clínico de Barcelona que ha dirigido durante muchos años: la de cruzar nuestras fronteras para traer a España y a su centro, los conceptos y las técnicas innovadoras en el campo de la investigación que ya estaban implantadas en países científicamente más desarrollados. Qué duda cabe que con ello enlazaba con la mejor parte de la tradición científico-médica española de figuras como Cajal o August Pi y Sunyer, es decir, de una visión amplia y abierta que conlleva la conexión con los núcleos más vivos y activos de la medicina puntera en el contexto internacional. Por ejemplo de Pi i Sunyer conocemos su capacidad de organización, aglutinación y entusiasmo que puso al servicio de un ideal fundamental: Que su país pudiera incorporar los hábitos europeos de la investigación de laboratorio, lo que no excluía, sino todo lo contrario, un compromiso claro como ciudadano y como científico, a sus raíces y su tradición.

Y así, en 1972, el Prof. Rodés pasó a ser Jefe de Servicio de Hepatología del HCB, probablemente el primero en segregar esta área de la del Aparato Digestivo, en la que se había venido incluyendo clásicamente.

Una faceta que está obligadamente ligada al médico clínico de una institución universitaria es la docencia. Con una trayectoria coherente y siguiendo paso a paso todos los escalones de la carrera docente en los tipos y categorías establecidas por las normativas vigentes en cada momento, el Prof. Rodés comienza esta actividad como profesor ayudante de clases prácticas en la UB en 1969 para, pasando por todo el escalafón de profesor encargado de curso, profesor adjunto contratado, profesor adjunto interino, llegar a profesor adjunto numerario en 1975. Con posterioridad fue nombrado profesor encargado de Cátedra de Aparato Digestivo y, por fin, catedrático de Medicina en 1986, todo ello en la UB. Aunque naturalmente son los méritos de investigación los que condicionan la posibilidad de alcanzar el cargo de Catedrático y éstos son de primer orden en la persona del Prof. Rodés como profundizaré después, las aptitudes docentes son en él manifiestas. A este respecto, destacaría que sacrifica toda ampulosidad en la palabra y evita el más mínimo efecto escénico en aras de la claridad y de una mejor comprensión de sus ideas. Es el suyo un estilo reservado a las mentes preclaras que, aparte de conocer los temas con profundidad, meditan con cuidado qué han de comunicar, a quién lo deben transmitir y cómo lo han de hacer.

No podía faltar el aspecto de Gestión Hospitalaria, dentro de las actividades profesionales de Juan Rodés; así, fue Director Médico del HCB entre 1984-1986, contribuyendo al engrandecimiento de esta institución que supone hoy día, sin ninguna duda, el buque insignia de los Hospitales docentes e investigadores de nuestra nación.

Pero si alguna faceta del CV del Prof. Rodés debe resaltarse especialmente ésa es, sin duda, la de su dedicación a la investigación clínica en Hepatología. Ya indicábamos antes el engarce del profesor Rodés con la mejor de las tradiciones científicas en nuestro país. Es bien conocido el desconsolador panorama que mostraba la investigación española durante gran parte del siglo pasado. Ya Ramón y Cajal se lamentaba a principios del siglo XX de la poca atención que prestaban los políticos y ciudadanos a la Ciencia. Y más recientemente, Severo Ochoa comentaría textualmente con desconsuelo que «hemos mejorado pero continuamos en el furgón de cola de la Ciencia europea». En los últimos años, se ha producido, sin embargo, un cambio de cierta relevancia. De este modo, si en 1991 la producción científica española representaba el 1.68 % de la mundial, en el quinquenio 1993-97 se pasó al 2,4% y a 2,7% en el periodo 1996-2000. Estas cifras demuestran, como digo, una indudable mejoría en la tendencia de crecimiento aunque éste es lento y todavía estamos lejos de las cifras de países de nuestro entorno. El esfuerzo realizado, siendo apreciable, es todavía claramente insuficiente si deseamos acortar la distancia que nos separa de otros países situados en mejor posición, como USA, el Reino Unido, Alemania o Francia. En el sensible incremento de la producción científica española han intervenido diversos factores, entre los que son de vital importancia la mejoría de la situación económica del país y el cambio de visión de los responsables políticos que, al menos de forma programática, conceden una importancia creciente a la investigación científica. Pero otro, no menos trascendental, ha sido la actitud de líderes que, en distintas áreas, han estimulado esta tarea. En el campo que nos ocupa– la investigación orientada hacia la clínica, la realizada con la enfermedad y el enfermo como eje de atención– no creo equivocarme al afirmar que el Prof. Rodés es la personalidad española que con mayor éxito representa ese ideal. Desde hace muchos años, el Servicio de Hepatología del HCB es uno de los más prestigiosos del mundo en esta área de la Medicina, afirmación que queda refrendada utilizando indicadores tan objetivos como el elevado número de investigadores que agrupa y una producción científica de enorme relevancia que, sin ningún género de dudas, ha contribuido de forma clara a escribir la Hepatología moderna.

Por otra parte, si la Hepatología ha llegado a tener señas propias de identidad en nuestro país, como en otros de mayor desarrollo científico, ha sido gracias a la actividad del servicio del HCB. Los registros bibliográficos han puesto de manifiesto que España investiga en Hepatología con mayor eficacia que en otras ramas del saber médico y puede alinearse en situación de ventaja con otros países con presupuestos de investigación superiores al nuestro. Sin las aportaciones de otras Unidades y Servicios de Hepatología del país, nacidas bajo el estímulo y liderazgo indirecto de la del HCB, este fenómeno no hubiera sido posible.

Cuando se analiza la producción científica del Prof. Rodés, no cabe otro sentimiento que el de profunda admiración. Utilizando un indicador bien conocido, aunque su uso exclusivo esté cuestionado, como es el factor de impacto de las revistas científicas elaborado por el Institute for Scientific Information (ISI), la cifra es capaz de dejar atónito a todo el mundo que conozca las dificultades de generar estudios de suficiente valor como para ser publicados en revistas de las zonas altas del escalafón. Sepan, p.e., que un artículo publicado en NEJM, la revista más prestigiosa del área clínica, genera alrededor de 25 puntos de impacto. Pues bien, hasta hace unos meses, el IF acumulado del Prof. Rodés, era de 2089, aunque a día de hoy esta cifra es, con toda seguridad, obsoleta, ya que es raro no encontrar un nuevo artículo original del Prof. Rodés en cada número de las revistas más importantes de la especialidad. Qué duda cabe que su índice de visibilidad como autor- utilizando la terminología empleada en los estudios de cienciometría- es muy alto, lo que es indicativo del grado de difusión y de prestigio que ha alcanzado como científico.

Examinadas cualitativamente sus aportaciones, todos los aspectos de la Patología hepática han sido objeto de investigación por parte del grupo del HCB en los > de 400 originales publicados sólo en revistas con IF y que componen su vasta producción científica. No obstante, las complicaciones de la cirrosis hepática siempre le han merecido al prof. Rodés una especial atención. Aunque es difícil destacar algún aspecto, yo diría que sus estudios sobre la fisiopatología y tratamiento de la ascitis, son quizás los más relevantes. Si hoy los estudiantes de Medicina de nuestras facultades aprenden (y necesitan para aprobar, al menos en la UMH) que el tratamiento más eficaz de esta complicación es la paracentesis evacuadora con reposición de albúmina, es gracias a los estudios realizados por el grupo del Prof. Rodés y un estrecho grupo de colaboradores, como en este caso el Prof. Vicente Arroyo.

El reconocimiento a su labor investigadora ha llevado al Prof. Rodés a ocupar puestos de responsabilidad en organizaciones internacionales. Así, en 1991 fue Presidente de la European Association for the Study of the Liver, en 1992 Presidente de la Internacional Association for the Study of the Liver y actualmente es Miembro del Consejo de la International Liver Transplantation Society.

Por otra parte, su gran reputación en el mundo de las publicaciones científicas ha condicionado una larga lista de cargos en los consejos editoriales de diversas revistas médicas de primer orden, culminada por su designación en 1999 como editor del Journal of Hepatology , la revista europea más prestigiosa de la Hepatología.

Pero si destacadísima ha sido su implicación y tarea personal en la investigación hepatológica, creo que todavía más importante ha resultado para el conjunto de España el impulso y la orientación que la investigación en general ha recibido del Prof. Rodés. Firme defensor de la colaboración entre investigadores básicos y clínicos, entiende la asistencia y la investigación como un todo que no puede desligarse además de la docencia y la gestión. En varias ocasiones ha expresado su visión de futuro sobre la formación que deben recibir los jóvenes que tendrán en sus manos el porvenir científico de España. Así, en varios artículos recientes deja constancia del actual déficit de formación sobre las bases de la investigación biomédica que aquellos reciben en las facultades de Medicina. Dado que tampoco los planes de formación MIR– muy buenos desde el punto de vista de formación clínico- asistencial– contemplan cómo paliar esta deficiencia, el Prof. Rodés ha señalado la urgencia de aplicar medidas terapéuticas en ese sentido. De hecho, una de las claves de la política de I+D impulsada por el Prof. Rodés a nivel estatal ha sido la instauración de un programa de formación de investigadores a través de un periodo post-MIR específico. Aunque de manera embrionaria, 30 médicos están cursando este año el programa piloto con resultados satisfactorios. Sería de gran interés incrementar sensiblemente el número de estas plazas así como intentar hacerlas atractivas, mediante el reconocimiento de este periodo como un mérito extraordinario de cara a conseguir después una plaza en el sistema de salud.

Así mismo, el Prof. Rodés ha sido promotor de una iniciativa pionera en nuestro país, como fue el establecimiento del año sabático en el HCB, pagado por el propio Hospital, para desarrollar investigación en el extranjero. Más de 80 médicos se han beneficiado hasta ahora de ese programa. Pero quien más se ha beneficiado ha sido la Ciencia española porque una evaluación realizada en 1995, tras 15 años de funcionamiento de esta iniciativa demostró que, los permisos concedidos hasta ese instante, habían generado 89 artículos científicos originales, con un IF global > 300 puntos. Por otra parte, también se pudo constatar que el hecho de haber disfrutado del permiso sabático se asociaba significativamente a una probabilidad mayor de promoción laboral aunque no académica. Esta observación merecería una reflexión detenida.

No es de extrañar que la clara mentalidad sobre lo que debe ser la investigación y sobre qué directrices debe descansar, hayan llevado al Prof. Rodés a desempeñar tareas de gestión muy importantes en este campo, tanto a nivel local como nacional. Así, desde 1997 es Director de Investigación del HCB y desde la misma fecha Director del Institut d`Investigacions biomediques August Pi i Sunyer. Este instituto (IDIBAPS) está integrado por las siguientes instituciones: La Generalitat de Catalunya, el HCB y el Institut d´Investigacions biomediques de Barcelona del CSIC. El objetivo fundamental del IDIBAPS es facilitar la integración de la investigación clínica de calidad con la investigación básica de alto nivel, para conseguir una mejor y más rápida transferencia de los avances científicos obtenidos en la prevención y tratamiento de los problemas de salud más prevalentes en nuestro país. Las áreas de investigación son amplias, 12 concretamente, desde la Genética hasta la Patología molecular y terapéutica, pasando por la Fisiopatología de diversos Aparatos y sistemas. El número de personas en este centro dedicadas sólo a investigación supera las 250. Sin duda, el IDIBAPS está llamado a ser el estandarte de la investigación biomédica en España.

No podía tener mejor colofón el resumido listado de cargos que el Prof. Rodés desempeña o ha desempeñado, que el de Presidente del Consejo Asesor de Ministerio de Sanidad y Consumo, desde marzo de 2001, decisión de la anterior ministra Sra Villalobos, muy aplaudida desde todos los sectores de la profesión médica. Recientemente, ha sido ratificado en el cargo por la actual Ministra, Ana Pastor. Su influencia ya se ha dejado notar en decisiones importantes como la formación post-MIR, ya citada, la elaboración de un mapa de investigación disponible desde hace escasos meses e inexistente hasta ahora, y la convocatoria de creación de Redes de Investigación.

Una vida dedicada con éxito y en exclusiva a la Medicina y a la Investigación ha tenido, como es natural, un reconocimiento en España y en el mundo, concretado en numerosas distinciones y premios. La natural modestia del Prof. Rodés me reprocharía que los enumerara todos. Sin embargo, no me resisto a mencionar alguno de los más recientes como la Canadian Liver Foundation Gold Medal, Medalla Josep Trueta al Mérito Sanitario otorgada por la Consejería de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Catalunya y, por último, la Creu de Sant Jordi, otorgada también por la Generalitat de Catalunya el año pasado.

La vinculación del Prof. Rodés con la UMH (y antes con la UA) se inició hace muchos años, gracias a su contacto con diversos profesores que tienen o han tenido responsabilidad docente e investigadora en la facultad de Medicina. Personalmente, cuando yo realizaba mi formación post-graduada en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona en los años 70, tuve el placer de llevar a cabo una estancia en la Unidad de enfermos hepáticos graves y sangrantes. Conté ya entonces con un cordial recibimiento por parte del Prof. Rodés, y esa relación se ha mantenido a lo largo de los años posteriores. Desde mi incorporación como Jefe de Servicio en el Hospital General Universitario de Alicante, me ha parecido oportuno que los MIR de Digestivo de dicho centro realicen sistemáticamente una estancia en la Unidad de Hepatología del HCB con el fin de que conozcan de cerca el funcionamiento de una estructura modélica y se impregnen del sentido de investigación clínica aplicada que siempre preside las actuaciones médicas en la citada Unidad. Todos mis Médicos Residentes han sido recibidos allí con una gran amabilidad y atención y este periodo supone hoy para ellos, una parte importante de su proceso formativo.

En numerosas ocasiones, además, miembros vinculados a la Unidad Hepática del nuestro Hospital han solicitado asesoramiento del Prof. Rodés en cuanto al enfoque más adecuado de las actividades de investigación, obteniendo siempre de él un consejo de la máxima utilidad. Así, su ayuda fue decisiva, por ejemplo, para que un facultativo de la citada Unidad, el Dr. José Such, obtuviera una beca de estancia de 1 año en USA para desarrollar investigación básica en ascitis del paciente cirrótico, una iniciativa que está siendo muy rentable para nuestro Servicio, en términos de producción científica. De hecho, existen en la actualidad varias líneas de investigación conjuntas entre la Unidad Hepática del HCB y nuestro grupo.

Además, desde 1996, fecha de su fundación, la Unidad Hepática del Hospital General Universitario de Alicante viene organizando cursos bienales de formación en Hepatología, con la presencia de primeras figuras nacionales e internacionales en ese campo. Hasta ahora, hemos celebrado 4 ediciones. En todas ellas, el Prof. Rodés ha dictado las respectivas conferencias de clausura, contribuyendo de forma decisiva a la relevancia de los citados cursos.

El cúmulo de méritos y distinciones que atesora el Prof. Rodés no pueden ser mas que expresión de una excepcional personalidad: trabajador infatigable, dedicación completa a sus actividades asistenciales, docentes, de investigación y de gestión y, sin duda, una capacidad intelectual sobresaliente son, en mi opinión, las cualidades personales más destacadas de Juan Rodés . Si a ello se añade unas extraordinarias dotes de liderazgo, capaz de crear, engrandecer y mantener unido a un colectivo de investigadores de primera línea, y una proverbial modestia que le empuja a intentar pasar desapercibido, se conforma un conjunto de cualidades que son las que corresponden a un científico del más alto nivel.

Por todo lo dicho hasta ahora creo muy sinceramente que, con todo merecimiento, el Prof. Rodés debe ser inscrito en el selecto y reducido listado de científicos preeminentes que España ha dado en el pasado siglo.

Y por lo expuesto, solicito se proceda a investir al Excmo Sr D. Juan Rodés Teixidor del grado de Doctor Honoris Causa por la UMH.

He dicho.

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