Laudatio Dr. Carreras a cargo de la Dra. Mª Teresa Pérez Vázquez
9 de gener 2003
Excmo. y Magfco. Sr. Rector,
Excmos. Sres. Vicerrectores,
Ilmo. Sr. Secretario General,
Miembros de la Comunidad Universitaria,
Sras. y Sres.:
Créanme si les digo que no es fácil hablarles de un hombre tan conocido en el mundo de la música como el Sr. Josep Carreras y, sin embargo, tan desconocido para muchos de nosotros en su perfil humano, quizá más enigmático y privilegiado que su currículum profesional.
Cuando me aproximé a su bibliografía, estuve segura de que detrás de su brillante carrera iba a descubrir a un ser excepcional, a quien empecé a conocer a través de su trayectoria musical.
A la pregunta ¿por dónde empezar? siempre le doy la misma respuesta: por el principio. Así que me remonté al inicio de su vida.
El Sr. Carreras nació en Barcelona el 5 de diciembre de 1946. Es el menor de los 3 hijos que tuvieron sus padres, Antonia Coll y Josep Carreras. La cercanía de su nacimiento con la Navidad, hizo que una de las primeras cosas que probablemente escuchara fueran los sonidos y los villancicos propios de esas fechas, hecho premonitorio de su pasión por la música.
Muy precozmente, el Sr. Carreras manifestó unas condiciones físicas excepcionales para la música, particularmente para el canto, con una energía vocal inagotable. Y empezó a expresarse a través de ella desde que era muy pequeño. Su padre lo describió como un niño feliz y absolutamente cuidadoso.
Cantaba para su familia, para sus amigos y para sí mismo en todas las ocasiones que se le presentaban y sus padres condujeron esta necesidad de expresión desde el principio, completamente sensibles a las aptitudes y actitudes de su hijo.
El Sr. Carreras inició sus estudios de piano y canto con la Sra. Prunera, madre de uno de los amigos de su infancia y a los 8 años empezó a asistir a sus clases en el conservatorio de Barcelona. A esta edad cantó “La donna e mobile”, su primer recital público, en Radio Nacional de España.
Sobre sus condiciones físicas innatas empezaban a insinuarse sus rasgos psicológicos, los de un hombre sensible, vital, comunicador y expresivo.
Su carrera profesional se inicia en 1970, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, con las obras Nabucco y Lucrezia Borgia.
Su meteórica carrera musical lo hizo debutar muy joven en los más grandes e importantes teatros y festivales del mundo, como el Teatro alla Scala de Milán, el Metropolitan Opera House de Nueva York, La Opera de San Francisco, la Staatsoper de Viena, La Royal Opera House de Londres, La Opera de Munich, La Opera de Chicago y los festivales de Salzburgo, Aix en Provence, Edimburgo y Verona, entre otros.
Su progresión constante, que le ha llevado a ocupar hoy una posición privilegiada en el mundo de la música, tiene mucho que ver con otras de sus cualidades psicológicas. Y, así, descubrimos de nuevo al hombre: constante, exigente, perfeccionista, autocrítico, valiente, pragmático, luchador, apasionado.
Josep Carreras ha colaborado con los más prestigiosos directores de orquesta, como Herbert von Karajan, con quien mantuvo una relación artística y personal de más de doce años que incluyó actuaciones en Salzburgo, Berlín y Viena, Claudio Abbado, Riccardo Muti, Lorin Maazel, Riccardo Chailly, Colin Davis, Giuseppe Sinopoli, James Levine, Carlo Maria Giulini, Leonard Bernstein y Zubin Metha, además de directores de escena como Franco Zeffirelli, Jean Pierre Ponnelle, Giorgio Strehler, Luigi Comencini y Harold Prince.
Su repertorio se compone de más de sesenta óperas y ha protagonizado diversas filmaciones operísticas para televisión, cine y vídeo. Su extensa discografía incluye más de 150 grabaciones, entre las que destacan 50 óperas completas, oratorios, recitales clásicos y también de música popular y ha recibido numerosos discos de oro y platino en todo el mundo.
Ha ofrecido frecuentes recitales en salas tan prestigiosas como el Carnegie Hall y el Avery Fisher Hall de Nueva York, el Royal Festival Hall, el Barbican Hall y el Royal Albert Hall de Londres, la Salle Pleyel de París, los Musikverein y Konzerthaus de Viena, la Philharmonie de Berlín, los Suntory Hall y NHK Hall de Tokio, el Grosses Festspielhaus de Salzburgo, la Philharmonie y el Hercules Saal de Munich, el Palau de la Música de Barcelona, el Teatro Real de Madrid y la Accademia de Santa Cecilia de Roma.
El reconocimiento mundial a una vida dedicada a la música incluye su condecoración con numerosos premios y distinciones, entre los que quisiera destacar el Premio Emmy de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión de los Estados Unidos, el Gran Premio del Disco de la Academia de París, el Premio Luigi Illica, el Premio Grammy 1991 y el Premio Sir Lawrence Olivier. Es Kammersänger de la Staatsoper de Viena, así como Miembro de Honor Vitalicio de este mismo Teatro, es también Miembro de Honor de la Royal Academy of Music de Londres y ha recibido la Medalla de Oro del Spanish Institute de Nueva York, la Medalla de Oro de la Ciudad de Viena, la Medalla de Oro de Bellas Artes otorgada por Su Majestad el Rey de España, la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, la Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya y el Premio Príncipe de Asturias 1991. Es Comendador de la Orden de las Artes y las Letras y Caballero en la Orden de la Legión de Honor de la República Francesa, Gran Cruz de Caballero y Gran Oficial de la República Italiana, Medalla de Honor de Baviera, Gran Orden del Mérito de la República de Austria, Cruz de Comendador de la Orden al Mérito de la República de Polonia, Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO y recibió el premio Albert Schweitzer Music Award 1996. Además, es Presidente de Honor del Concurso Internacional de canto Julián Gayarre y Presidente de Honor de la London Arts Orchestra.
Junto a sus actividades profesionales y desde el año 1988, el Sr. Carreras preside con extrema dedicación y entusiasmo la Fundación Internacional Josep Carreras para la lucha contra la leucemia. Esta Fundación es, sin duda, una de sus más importantes prioridades. Establecida en Barcelona y con sedes en Estados Unidos, Suiza y Alemania, centra sus esfuerzos en la investigación científica, la provisión de infraestructuras en centros asistenciales y el mantenimiento del registro de donantes de médula ósea. Además, ofrece servicios sociales y un servicio de información sobre la enfermedad para pacientes y sus familiares.
Gracias a la iniciativa y al entusiasmo del Sr. Carreras, unidos a la solidaridad de muchas personas anónimas, el registro cuenta con más de 40.000 donantes voluntarios y tiene acceso a los más de 6.5 millones de donantes inscritos en la red internacional de registros. La Fundación ha conseguido proporcionar donante compatible a unos 750 pacientes en espera de un trasplante.
Como consecuencia de su compromiso personal en la lucha contra la leucemia, ha sido nombrado Miembro de Honor de la European Society for Medicine, Patrón de Honor de la European Society for Medical Oncology, Miembro de Honor del Leukaemia Support Group y de la European Haematology Association. Además, le ha sido concedida la Medalla de Oro de la Sociedad Catalana de Trasplantes, el Diamond Tulip Award de la Fundación Stichting Day by Day de Holanda y el premio St. Boniface General Hospital Research Fundation 1996 International Award.
De nuevo, este hombre de mirada profunda y enigmática, poseedor de una gran vida interior, vuelve a mostrarnos su lado más humano a través de sus actitudes hacia la sociedad y que yo resumiría en dos calificativos: generosidad y solidaridad. Gracias, Sr. Carreras, por ser como es. Descubrir al hombre a través de su obra ha sido una aventura intelectual emocionante.
Para terminar, quisiera señalar sus distinciones como Doctor Honoris Causa por las Universidades de Barcelona, de Loughborough y Sheffield en Gran Bretaña, de Mendeleyev en Rusia, de Camerino en Italia, de Naiper en Escocia y, recientemente, por la Universidad de Rutgers en Estados Unidos.
Para esta comunidad universitaria es un honor contar entre sus miembros con un hombre tan excepcional como el Sr. Carreras. Para mí es, además, un privilegio ser su madrina y haber pronunciado su Laudatio.
Permítame expresar, Sr. Carreras, un deseo personal: continúe durante toda su vida deleitándonos con su saber y con su saber hacer; pero, sobre todo, continúe dándonos lecciones de su saber ser.
Y, por lo expuesto, solicito se proceda a investir al Excmo. Sr. D. Josep Carreras Coll del Grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Miguel Hernández.
Muchas gracias.