Discurso del Rector

8 enero 2004

DISCURSO CON MOTIVO DEL NOMBRAMIENTO DEL PROFESOR DON JOAQUÍN FUSTER DE CARULLA COMO DOCTOR HONORIS CAUSA DE LA UMH.

Excmo. Sr. Don Joaquín Fuster de Carulla

Excmos. e Ilmos. Sres.

Claustro de la Universidad

Señoras y Señores.

Con la ceremonia que hoy celebramos, la UMH enriquece una vez más el cuadro de sus Doctorados Honoris Causa. Y lo hace incorporando a su Claustro a un hombre, el Prof. Joaquín Fuster de Carulla, que es una muestra sin par  de la excelencia en la tarea y el espíritu de dedicación a la investigación científica, sin que, por otra parte, nada de lo que ha ido ocurriendo en su tiempo le haya sido ajeno.

         Gracias, Prof. Fuster, por aceptar este nombramiento y venir a habitar con nosotros el claustro de una joven universidad, que se define a sí misma como una universidad investigadora y emprendedora. Gracias por colaborar con nosotros a construirla, a mantenerla y a conseguir los objetivos de excelencia que nosotros también nos proponemos cada día. Es un honor para nosotros y aspiramos a que también un científico de renombre como usted se sienta honrado de sentarse entre nuestros doctores.

         Nuestra Universidad va progresando, sin duda, en prestigio. Pero eso es algo que hemos de ganar con nuestros propio esfuerzo. Ese crecimiento y ese progreso, exigen una voluntad en nuestra dedicación académica superior al que puede ser habitual en otros ámbitos de la actividad humana. Probablemente la grandeza de la tarea de todos estos compañeros y compañeras míos de la comunidad universitaria se basa precisamente en la exigencia que supone llevarla a término en un contexto que, en cualquier caso, en la mayoría de los casos, no aporta los medios deseables. ¿Quién sabe si el destino de la de la investigación es que haya de convertir sistemáticamente en incentivos las deficiencias con las que ha de luchar.

         En cualquier caso, creo podemos estar razonablemente satisfechos de la tarea que estamos llevando a cabo, sin perder, por supuesto, la capacidad de autocrítica que nos ha de conducir a la mejora constante, en todo lo que tenemos la obligación de hacer. Pero hemos de valorar adecuadamente el camino recorrido, para que con una autoestima equilibrada podamos continuar trabajando sin complejos.

         Hoy ganamos un amigo más, y muy ilustre. Hoy se convierte en miembro de nuestra comunidad Don Joaquín Fuster de Carulla. Con ello nuestra institución se enriquece, porque el Dr. Fuster nos aporta las importantísimas aportaciones que ha realizado al mundo de la ciencia española y mundial.

         La investidura de un doctor Honoris Causa supone siempre una ganancia para la universidad que otorga el grado superior que la que recibe la persona distinguida. Esa consideración ha de ser un parámetro, sino suficiente, sin duda necesario, que asegure que honramos con rigor. En este caso, esa regla se aplica absolutamente. El Profesor Fuster enaltece esta casa con el prestigio que le ha hecho resaltar en todos los campos en los que ha trabajado, y que le ha hecho merecedor del reconocimiento internacional.

         No parece pertinente que haga aquí referencia a sus méritos personales, puesto que lo ha hecho con la mayor brillantez su padrino, el Dr. Belmonte. Sólo me gustaría subrayar que para mí supone una ocasión especial este momento, porque, aunque él no pueda recodarlo, porque de eso hace muchos años, tuve la fortuna de conocerlo cuando yo era un todavía joven postdoc en UCLA, en cuyo Instituto de Neuropsiquiatría ejercía su labor, como todavía sigue haciendo. Es un honor personal poder recibirlo hoy como Rector de esta Universidad.

En su larguísima experiencia como profesor e investigador, ha sido maestro e incitador de una enorme pléyade de neurocientíficos, psiquiatras y psicólogos, la mayoría de los cuales nutren hoy muchas universidades.

         El Profesor Fuster no es sólo un profesional singular, sino que es uno de los investigadores más relevantes en el campo de la neurobiología de la memoria y de las funciones cognitivas, como ha señalado el Profesor Belmonte.

Una figura de las características profesionales y humanas como el Prof. Fuster se convierte, al margen del deseo de evitarlo a que pueda impulsarle su modestia personal, en un símbolo a respetar e imitar por quienes le rodean. Y en nuestro Instituto de Neurociencias, y en nuestra Facultad de Medicina de la UMH, Joaquín Fuster ejemplifica de modo muy especial los valores en los que se inspiraron nuestras instituciones en los momentos de su creación.

         Su mismo espíritu libre, abierto a los nuevos tiempos, exigente en la construcción científica es el que pretendemos que inspire nuestra Universidad. Y por ello, al recibir en ella como Dr. Honoris Causa al Prof. Joaquín Fuster, intentamos hacer llegar a la sociedad que nos apoya y justifica, el mensaje de que los principios en los que nos sustentamos, son los que han caracterizado su vida como científico, como intelectual y como persona.

Como he dicho al comenzar, nuestra Universidad se define como investigadora. Creemos en la ciencia como uno de los objetivos esenciales de nuestra labor, y pensamos que nuestros centros de investigación, y naturalmente también todos los demás, deben adecuarse con urgencia a las necesidades que plantea la ciencia actual. Como ha puesto de relieve un importante grupo de científicos españoles no hace mucho, “salvo excepciones, España está falta de grandes centros con capacidad para competir internacionalmente en condiciones, y ninguna de nuestras universidades forma parte de las cien mejores del mundo en resultados de investigación. Como en los países más avanzados, la política de centros debe visualizarse en forma de pirámide en cuya cúspide haya un grupo de referencia que se nutra y apoye en una base que ejerza el papel de cantera. La ciencia de calidad no es posible sin una buena y amplia base.” Nosotros pretendemos que nuestros centros de investigación obtengan ese nivel de excelencia y hagan ciencia de calidad. Y creo que estamos en el buen camino para ello. Aunque queda mucho camino y mucho trabajo por hacer. Y quizás deberemos intensificar mucho eso que usted nos ha enseñado con sus trabajos: tendremos que conseguir unirnos cada día más para formar parte de muchas redes y por tanto de muchas memorias, porque también el mundo de la neurobiología nos enseña que sólo juntos podremos conseguir lo que queremos, porque sólo trabajando juntos, en red, y sabiéndonos juntos, podremos hacer la universidad que queremos.

         Desde el afecto y la admiración que le profeso, y en nombre de todos mis compañeros, sea bienvenido, pues, Don Joaquín Fuster, a esta Universidad «Miguel Hernández» que, desde hoy, es también la suya.

         No dudo que será usted un ejemplo máximo para nuestros docentes e investigadores. Reciba nuestro reconocimiento y nuestra gratitud por su dedicación a la ciencia, que ha contribuido, contribuye y contribuirá a mejorar la sociedad, haciéndola más rica en conocimiento.

         Muchas gracias.

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