Una tesis de la UMH descubre un nuevo mecanismo por el cual recibimos el dolor

Una Tesis Doctoral, de la doctorando María Cruz Morenilla Palao y dirigida por el Profesor de la UMH Antonio Ferrer Montiel, ha desvelado un nuevo mecanismo (o modo) por el cual percibimos el dolor, y especialmente el asociado a un proceso inflamatorio. La lectura y defensa de la tesis se realizó el pasado viernes, 21 de mayo de 2004.

La percepción de señales dolorosas es fundamental para la vida, ya que supone una estrategia que han desarrollado los seres vivos para preservar su integridad frente a diversas agresiones medioambientales, desde temperaturas extremas a lesiones tisulares.

Un organismo incapaz de sentir dolor seria extremadamente vulnerable a estímulos nocivos que puede provocar daños en los tejidos. Por ello, la percepción del dolor alerta a los organismos del un daño potencial, permitiéndoles una respuesta que minimice el mal. Sin embargo, en determinadas ocasiones y, por motivos en su mayor parte desconocidos, el dolor se convierte en una enfermedad que requiere tratamiento médico. En estos casos, la percepción del dolor pierde su carácter benigno para convertirse en un verdadero martirio para aquellos que lo sufren.

Este problema tiene una gravedad notoria. Así, por ejemplo, el número de visitas al médico por causa del dolor es superior a 75 millones al año, traduciéndose en un elevado coste social y sanitario. A pesar de la seriedad de esta enfermedad, no existen tratamientos eficaces y desprovistos de efectos secundarios para combatirla y/o paliarla. Ello es debido a que se desconocen las causas y modos que contribuyen a la manifestación del dolor.

El estudio realizado por la doctoranda ha logrado desvelar una nueva ruta de comunicación que las neuronas utilizan para producir las sensaciones dolorosas que resultan de una lesión en un órgano o en la piel. Este logro supone el descubrimiento de nuevos blancos terapéuticos que servirán para el desarrollo de nuevos medicamentos anti-inflamatorios y analgésicos que, a diferencia de los ya existentes, poseerán menos efectos secundarios. Estos medicamentos tendrán aplicación en el tratamiento, entre otras, de quemaduras, psoriasis, vulvodinia, colon irritable, y la artritis reumatoide.

Elche, 25 de mayo de 2004

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