Investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche, liderados por el profesor Manuel Jordán, han demostrado en probetas cerámicas la viabilidad del residuo de polvo de mármol para la fabricación de ladrillos y tejas. El estudio se tiene que probar ahora en piezas de tamaño y conformado industrial, aunque según Jordán,’ la investigación permite ser optimistas a la hora de considerar la posibilidad de introducir en breve este tipo de residuos en el sector de la cerámica estructural’. La investigación se ha realizado con residuos de la industria de la piedra natural de la provincia de Alicante y forma parte de una Acción Especial de la Generalitat.

En este trabajo también han participado los profesores de la UMH del Departamento de Agroquímica y Medio Ambiente Jorge Mataix Beneyto y Fuensanta García Orenes, Ernesto García Sánchez de y María Belén Almendro Candel.

Este proyecto de investigación se engloba en un objetivo a largo plazo que pretende conseguir una aplicación de los residuos del mármol por medio de su uso como ‘subproducto’ o en combinación con otros residuos de la zona localizada en la provincia de Alicante. El estudio responde a la preocupación que han mostrado algunos ayuntamientos alicantinos por el volumen de residuos que genera la industria de la piedra natural, principalmente ricos en carbonato cálcico. Actualmente, estos vertidos se depositan en vertederos aprovechando huecos mineros (antiguas explotaciones abandonadas de arcillas y yesos) que serán colmatados a corto plazo, dado el gran volumen de residuos que están recibiendo.

El residuo de polvo de mármol posee, normalmente, elevados contenidos de humedad (> 80% de agua), lo que le hace inadecuado, a pesar de su pureza (95-99 % de CaCO3), para aplicaciones industriales por el elevado coste del proceso de secado. Sin embargo, en cerámica el agua entra en la formulación de la pasta y el secado es una etapa más del proceso de fabricación.

El uso de residuo para aumentar los contenidos en carbonato cálcico de las arcillas se justifica en base a la cocción a temperaturas más bajas (ahorro energético) y reducción de costes de materia prima (introducción de un residuo sin coste), ya que como se ha demostrado el residuo empleado tiene gran reactividad y, por tanto, reacciona fácilmente con los minerales de la arcilla y con el cuarzo, proporcionando compacidad a las piezas (probetas cerámicas).

Elche, 10 de enero de 2007