El uso de cocaína incrementa el riesgo de alcoholismo entre los bebedores de riesgo, según un estudio de la UMH

El consumo de cocaína incrementa la probabilidad de desarrollar alcoholismo entre los bebedores de riesgo (aquellos que toman más de cinco cervezas o dos copas de licor al día). Es la constatación de un estudio con participación del Instituto de Neurociencias, INA, (centro mixto de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Consejo Superior e Investigaciones Científicas) llevado a cabo en Madrid durante cuatro años y del que se extraen conclusiones sobre estrategias preventivas que se pueden implantar en atención primaria.

Por sexos, los hombres que consumieron cocaína mostraron un riesgo 12,3 veces mayor de desarrollar alcoholismo que los que no la tomaron; en cambio, en el caso de las mujeres, el riesgo fue 7 veces mayor. Además, se comprobó que los diagnósticos relacionados con la impulsividad aumentaban el riesgo de dependencia alcohólica en varones mientras que los trastornos afectivos lo hacían en mujeres.

El estudio se realizó con 481 pacientes que, en visitas a centros de atención primaria, fueron identificados como bebedores de riesgo. Tras ser informados de los problemas derivados del consumo, fueron divididos en dos grupos en función de si consumían cocaína de forma recreativa o no la consumían. Cuatro años más tarde, volvieron a ser entrevistados: el 67% de los consumidores de cocaína había desarrollado dependencia del alcohol frente al 13,6% de los que no consumían. Es decir, los consumidores de cocaína mostraban una tasa de alcoholismo casi cinco veces mayor.
‘Algunas de las implicaciones más claras de este trabajo tienen que ver con las estrategias preventivas que podrían implantarse en atención primaria’, explica Jorge Manzanares del Instituto de Neurociencias. ‘Sería importante que los trabajadores sanitarios no sólo detectasen a los bebedores excesivos y pusieran en marcha las técnicas de intervención breve, sino que, además, en caso de que consuman cocaína se les hagan las recomendaciones necesarias y se lleve a cabo un seguimiento para evitar el desarrollo de la dependencia’, continúa el investigador. Además, dado que la investigación confirma la influencia de la impulsividad y los trastornos afectivos es importante contar con las herramientas para detectarlos y llevar a cabo terapias farmacológicas y psicológicas adecuadas.

La investigación, publicada en Journal of Clinical Psychiatry, cuenta además con la participación del Centro de Salud Ambiental del Retiro (Madrid) y el Hospital Universitario 12 de octubre (Madrid).

ESPAÑA, EL MAYOR CONSUMIDOR MUNDIAL DE COCAÍNA

España es uno de los países con mayor consumo mundial tanto de cocaína como de alcohol. Según el informe mundial sobre drogas publicado por Naciones Unidas en 2007, España es el mayor consumidor de cocaína con una tasa de consumo del 3%, seguida de cerca por Estados Unidos, con un 2,8% y Reino Unido con un 2,4%. Estos porcentajes se refieren al número de personas de entre 15 y 64 años (12 y 64 en el caso de USA) que han consumido cocaína en los doce meses previos al estudio.

En cuanto al alcohol, según la última Encuesta Domiciliaria de Alcohol y Drogas en España, realizada por el Ministerio de Sanidad en 2007, la proporción de bebedores de riesgo ha disminuido hasta el 3,5% frente al 5,5% de 2005 (al igual que en el caso de la cocaína, los porcentajes se refieren al número de personas de entre 15 y 64 años que han consumido en los últimos 12 meses). Además, el consumo diario es el más bajo en 10 años y se sitúa en torno al 10,2%.

Por sexos, el consumo de cocaína se concentra sobre todo en varones jóvenes de 15 a 34 años y está ligado a actividades recreativas. El de alcohol es ligeramente superior en hombres, aunque tiende a igualarse. En general, el consumo de todas las drogas es mayor en hombres que en mujeres, aunque se observa una incorporación progresiva a todas las conductas de consumo.

Elche, 16 de diciembre de 2008

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