La UMH participa en un estudio de criminología experimental sobre el miedo al delito en Dinamarca
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17 marzo 2016
El Centro Crímina para el Estudio y Prevención de la Delincuencia de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Interacting Minds Center (IMC) de la Aarhus University de Dinamarca colaboran en un proyecto de investigación sobre el miedo al delito y la percepción de la seguridad. El estudio, coordinado por el investigador de la UMH Francisco Javier Castro Toledo, está basado en un diseño de criminología experimental en el espacio público. Los resultados de este estudio se presentarán en el “XI Congreso Español de Criminología: Abriendo vías a la reinserción”, que se celebrará del 15 al 17 de junio en Barcelona.
La investigación se ha desarrollado en uno de los barrios considerados como de los más inseguros en términos de criminalidad de Dinamarca. El experimento, en el que han participado cerca de 30 personas, ha permitido comprobar cómo una experiencia directa en zonas públicas poco iluminadas o poco transitadas, ambas variables asociadas de manera tradicional al miedo al delito, influye en la percepción de la seguridad de la ciudadanía sobre determinadas áreas urbanas.
El miedo al delito y la percepción de la seguridad son fenómenos de gran popularidad en el ámbito de la criminología, que cobraron interés en la literatura científica en los años 60. A pesar de ser conceptos en constante discusión por su definición, se entienden como las reacciones emocionales que se asocian al crimen y cualquiera de sus símbolos, en especial, ante la posibilidad de convertirnos en víctimas.
Según ha explicado el investigador del Centro Crímina de la UMH Castro Toledo, “hemos querido evaluar la dinámica que subyace a estos fenómenos en sus diferentes momentos: desde el prejuicio sobre la seguridad de un área urbana determinada, la experiencia directa en el lugar, hasta su posterior recuerdo”. El investigador añade que han utilizado medidas fisiológicas objetivas para poder comparar la experiencia directa de los participantes con la información que, con posteridad al experimento, han aportado en cuestionarios estandarizados.
“La incorporación de estructuras y diseños de criminología experimental permite desarrollar y comprobar de manera mucho más controlada aquellas asunciones teóricas que se han vertido desde otras metodologías, permitiéndonos así fundamentar nuestra investigación de manera causal y no sólo de modo correlacional. Además, el uso de instrumentos de medida más objetivos como las fisiológicas, nos permite complementar la investigación tradicional basada en el autoinforme”, ha señalado Castro.
En el estudio ha participado, también, el investigador Juan Olvido Perea García, colaborador del IMC de Dinamarca.