La UMH participa en un estudio que revela umbrales críticos de pérdida de biodiversidad en ecosistemas áridos globales
12 noviembre 2025
El catedrático del Área de Ecología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) José Antonio Sánchez Zapata ha participado en un estudio que revela umbrales críticos de pérdida de biodiversidad en ecosistemas áridos globales. El artículo, liderado por el investigador del Departamento de Ecología de la Universidad de Alicante Jon Morant, señala que, en zonas con índices de aridez que van del 0.45 al 0.95, la diversidad puede caer entre un 19% y un 54%. La investigación se ha publicado en la revista Ecology Letters.
El trabajo analiza la riqueza taxonómica y trófica de múltiples organismos, desde bacterias hasta mamíferos, a través de 290 ecorregiones áridas a nivel mundial. Los resultados muestran que la pérdida de biodiversidad no ocurre de forma lineal, sino que existen umbrales específicos de aridez (valores entre 0.45 y 0.95 en el índice de aridez) tras los cuales la diversidad puede caer entre un 19% y un 54%, dependiendo del grupo trófico estudiado. El estudio, también, evidencia que la presión humana, el cambio climático y las alteraciones en el uso del suelo exacerban estas pérdidas, afectando la estabilidad y los procesos ecológicos que mantienen los ecosistemas. “La productividad primaria y la riqueza de las especies vegetales pueden actuar como amortiguadores, ayudando a mitigar los efectos negativos y favoreciendo la recuperación y conservación del medio”, explica Morant.
Las zonas áridas cubren aproximadamente el 41% de la superficie terrestre y albergan entre el 30% y el 40% de la biodiversidad global. Estos hábitats son vitales no solo porque sustentan a una gran parte de los organismos vivos del planeta, sino también porque proporcionan servicios ecosistémicos esenciales para la supervivencia humana y la estabilidad ecológica.
El número de especies vegetales, en particular, está directamente relacionado con la funcionalidad de estos ecosistemas, influyendo en la capacidad de resistir procesos como la desertificación y los efectos adversos del cambio climático. Las zonas áridas son, además, refugios de especies muy adaptadas que no se encuentran en otros biomas, aportando una gran riqueza biológica y genética que es fundamental para la conservación global.
Esta investigación subraya la importancia de implementar estrategias que reduzcan las presiones antropogénicas y promuevan la recuperación de la vegetación para proteger la diversidad biológica y las funciones ecosistémicas en contextos de incremento de la aridez debido al cambio climático.
Según explican los investigadores, “El fortalecimiento de estas áreas con medidas de conservación y restauración es crucial, no solo para mantener su biodiversidad única, sino también para asegurar la provisión continua de servicios ecosistémicos que benefician tanto a la naturaleza como a las comunidades humanas que dependen de ellas”.
Referencia:
Jon Morant, José Antonio Sánchez-Zapata, Marta Monfort-Calatayud, Santiago Soliveres. “Sequential Thresholds Shape Drylands Multitrophic Response to Aridification”, Ecology Letters (2025). DOI: https://doi.org/10.1111/ele.70242