Científicos del Instituto de Neurociencias descubren la asociación entre cirrosis y una proteína
Un grupo multidisciplinar de investigadores del Instituto de Neurociencias (centro de la Universidad Miguel Hernández de Elche y del CSIC) ha descubierto una asociación entre la cirrosis, patología del hígado en la que la progresiva degradación de las células hepáticas provoca la disfunción de este órgano, y la proteína acetilcolinesterasa. Este hallazgo contribuye a un mayor conocimiento del papel de la proteína acetilcolinesterasa en hígado y plasma (sangre) de mamíferos y su potencial afectación ante un cuadro cirrótico.
Las colinesterasas son un tipo de proteínas abundantes en el cerebro, pero también en el plasma de mamíferos. En el hombre se conocía que la concentración plasmática de la llamada colinesterasa plasmática, o butirilcolinesterasa, disminuía en el transcurso de enfermedades hepáticas crónicas como la cirrosis. Sin embargo, poco se sabe sobre el papel de la proteína acetilcolinesterasa en hígado y plasma, y su potencial afectación en disfunción hepática.
El grupo de científicos básicos y clínicos liderado por el Doctor Javier Sáez Valero del Instituto de Neurociencias, en un trabajo recientemente publicado por la revista Hepatology, ha demostrado en un modelo experimental de rata cirrótica, cómo los niveles de acetilcolinesterasa se encuentran dramáticamente reducidos tanto en el hígado como el plasma de estos animales. Mediante técnicas bioquímicas, de biología molecular e inmunocitoquímica, han demostrado que la disminución en los niveles totales de acetilcolinesterasa no afecta a todas las formas o especies moleculares de la proteína, si no particularmente a ciertas formas de acetilcolinesterasa que podrían estar cumpliendo una función específica en hígado que queda por elucidar.
Este cambio tan particular, y su manifestación en plasma, permiten su uso como marcador de la cirrosis hepática. Además este trabajo demuestra el origen hepático de la acetilcolinesterasa plasmática, algo que se seguía discutiendo dado que esta proteína es particularmente abundante en el cerebro, donde cumple es funciones fisiológicas. De hecho, la acetilcolinesterasa resulta de importancia como marcador de enfermedades neurodegenerativas, por lo que su estudio futuro en plasma requerirá discriminar entre la enzima originada en el hígado y el cerebro.
Los Doctores Sáez Valero y María Salud García Ayllón, autores del estudio, han contado para realizar este trabajo con la colaboración de personal del Instituto de Neurociencias como el Doctor Salvador Martínez y el Doctor Joan Galcerán. Asimismo, en el estudio ha participado un grupo de cirujanos liderado por el Profesor del Departamento de Patología y Cirugía de la UMH Antonio Compañ, que ha colaborado en el desarrollo del modelo animal; y un equipo del Hospital Universitario de Alicante, dirigido, por el también Profesor de la UMH Miguel Pérez-Mateo y por el Doctor Rodrigo Jover. Los Doctores Vicente Felipo de la Fundación Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia y Joan Clària del Hospital Clínic-IDIBAPS, Universitat de Barcelona, también han participado.
Este ejemplo de la necesaria y fructífera colaboración entre investigadores clínicos y básicos, entre Hospital y Universidad, tiene continuidad con la reciente aceptación de otro trabajo en la revista Hepatology donde comunican un importante avance en el desarrollo de un modelo animal para el estudio de la complicación neurológica más frecuente de la cirrosis, la encefalopatía hepática.
Elche, 6 de marzo de 2006