DISCURSO DEL RECTOR MEDALLA DE ORO DEL BIMILENARI 2006-2007

Otros Actos

2006/07

7 octubre 2006

Ilmo. Sr. Alcalde.

Excma. Corporación Municipal.

Ilustres autoridades.

Queridos compañeros de la Comunidad Universitaria.

Señoras y señores.

Todas las palabras que yo podría decir aquí, y ahora, pueden resumirse en una sola: gracias. Gracias en nombre de la Universidad a la que represento y a la que habéis honrado al otorgarle esta Medalla en un día tan señalado para todos como el de hoy.

Gracias porque significa el premio, el reconocimiento, la recompensa, del trabajo de una comunidad universitaria cuyo objetivo fundamental era, y es, construir la mejor universidad posible.

Gracias porque nos otorgáis este galardón en nuestro décimo cumpleaños como el mejor regalo de felicitación, como un símbolo de vuestro aprecio y afecto, como el mensaje en el que nos decís: ‘Lo habéis hecho bien’.

Gracias porque no podríamos pensar en ningún abrazo mejor ni más apretado de nuestra ciudad a su universidad.

Estamos orgullosos, reconocidos, emocionados, y felices, porque la ciudad de Elche nos otorga esta relevante muestra de su apoyo y reconocimiento.

Dentro de unos días, se cumplirán diez años del momento en que, por voluntad e impulso de la Generalitat Valenciana las Cortes Valencianas aprobaron la creación de la Universidad Miguel Hernández de Elche. A ellas les corresponde la voluntad y el acto formal de la creación, pero nuestra Universidad no habría sido posible sin el esfuerzo conjunto de muchas mujeres y muchos hombres, todos mis compañeros, que empujaron el proyecto de una universidad pública, nueva, emprendedora, innovadora, entusiasta, decidida a marcar diferencias, y a conseguir la excelencia. A ellos corresponde esta Medalla.

Y la Universidad tampoco habría sido posible, ni será posible, sin la ciudad de Elche. Una Universidad puede, probablemente, estar ubicada en cualquier ciudad, pero nuestra Universidad sólo ha podido crecer y desarrollarse aquí, en una ciudad como Elche.

Muchas ciudades buscan su futuro en su pasado, lo añoran, y quieren recuperarlo. Elche sólo mira a su pasado para impulsar su futuro. Sus dos mil años de historia son una impresionante rampa de lanzamiento por la que cada día lanza las naves de la conquista de un futuro, que también cada día inventa. Por poner sólo dos ejemplos: Elche ha recuperado cado año una tradición centenaria como el Misteri, para conseguir el Primer Patrimonio Inmaterial de la humanidad, Elche ha recuperado su Dama durante unos meses para construir uno de los más bellos y más modernos Museos Arqueológicos de España.

Y en ese pasado luminoso Elche enraiza su propia identidad: la Dama de Elche, el Misteri de Elche, el Palmeral de Elche. Es difícil encontrar una ciudad con signos de identidad tan profundos, tan antiguos, tan interiorizados por sus gentes, por su pueblo, que cómo dice el canto, en los aromas ilicitanos, ‘al cielo mira’. Es cierto, porque enraizados en su pasado, las gentes de Elche miran sobre todo al cielo, como una enorme y brillante ventana al futuro. Y no sólo miran al cielo, sino que tratan de conquistarlo, expresándolo cada año con otra manifestación única: la Nit de l’Albá. ¿Habéis pensado en el tremendo significado de esa sorprendente noche en el que todo un pueblo sube al cielo por cientos de escaleras luminosas, que se cambian en palmeras de color, que mueren y nacen cada instante? ¿Habéis pensado que es la metáfora de la incesante labor de un pueblo entero cuyas gentes trabajan imaginativamente, creativamente, con un impulso emprendedor y de ajuste al cambio, que los catapulta cada día más allá de sus propias limitaciones, de sus crisis, para constituirse por derecho propio en una de las ciudades industriales y empresariales más importantes de nuestro país?

Este Elche intrépido, emprendedor, lúcido, innovador, brillante, es la tierra fértil en el que ha podido fructificar una realidad como la de vuestra Universidad. En estos diez años hemos recibido el apoyo constante y el estímulo poderoso de todos vosotros: del Ayuntamiento de Elche, con su continuo respaldo y sustento; de las Instituciones y Asociaciones ciudadanas; de los cientos de empresarios que han entendido nuestras propuestas y las han elevado a la enésima potencia, permitiéndonos también que aprendiéramos a hacer empresa, de forma imaginativa y apasionante; de las familias ilicitanas que nos han confiado la educación de sus hijos e hijas; y de todos los ciudadanos y ciudadanas de Elche que se sienten identificados con su Universidad y nos han mostrado en muchas ocasiones su afecto y su amistad.

Y ahora nos recompensáis con esta Medalla. Yo os aseguro que no será en vano, que redoblaremos nuestro esfuerzo para que siempre podáis sentir el orgullo de contar con la mejor de las universidades posibles, para que siempre veáis reflejadas en vuestra Universidad ese fantástico temperamento creador de Elche; para que podamos seguir dando a la ciudad algo de lo mucho que nosotros hemos recibimos; para que podamos seguir construyendo con todos vosotros nuestro futuro que es también inexorablemente el vuestro.

Termino como empecé. En nombre de la Universidad Miguel Hernández de Elche, gracias al Excmo. Ayuntamiento y a la ciudad de Elche por esta distinción, que recibimos con orgullo y con el compromiso de ser mejores cada día y traeros aquí, dentro de diez años más, la Universidad en la que todos soñamos.

Muchas gracias.

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