La percepción de viabilidad y el miedo a fracasar, claves para crear una empresa, según un estudio de la UMH

Las percepciones y actitudes subjetivas de las personas, sobre sí mismas y su entorno, el convencimiento de que poseen las capacidades adecuadas y el miedo a fracasar son algunas de las variables que influyen a la hora de llevar a cabo un proyecto empresarial, según refleja la tesis doctoral realizada por el profesor de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Jesús Martínez Mateo. Este estudio, dirigido por el vicerrector de Asuntos Económicos, Empleo y Relación con la Empresa, José María Gómez Gras, está enmarcado en un proyecto internacional sobre la implicación de los individuos en la creación de nuevas entidades.

La tesis doctoral ‘Factores de influencia en la propensión de los individuos a crear empresas en España’ fue calificada con sobresaliente cum laudem, por unanimidad del tribunal. La memoria del profesor Martínez está vinculada al proyecto internacional Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Se trata del proyecto de mayor relevancia mundial acerca del estudio de la creación de empresas y la actividad emprendedora, y se realiza con carácter anual.

Los investigadores de la UMH del Departamento de Estudios Económicos y Financieros son responsables de la edición en la Comunidad Valenciana del proyecto GEM, que en España parte de una base de datos que incorpora cerca de 20.000 entrevistas realizadas a personas de entre 18 y 64 años de toda la geografía española, de los que 2.000 residen en esta comunidad autónoma.

La tesis refleja que la percepción de que existen buenas oportunidades en el entorno, y, sobre todo, la percepción de que uno posee las capacidades y habilidades necesarias para explotar tales oportunidades resultan elementos fundamentales en la decisión de las personas a plantearse el desarrollo de una idea de negocio, y, de hecho, a acometer las actividades para ponerla en marcha.
Junto a estos juicios subjetivos, además, una actitud positiva hacia el ‘emprendimiento’ aporta también una fuerte influencia positiva, y por su parte, el trabajo confirma también que el miedo a fracasar actúa como un importante inhibidor de la conducta empresarial.

Otra de las variables que influyen en que el emprendedor o emprendedora prosiga con su proyecto empresarial es su entorno de influencia. Si los futuros empresarios tienen relación con personas que hayan ‘dado el salto’ recientemente, el emprendedor estará predispuesto positivamente a decidirse. Esta variable además ejerce una fuerte influencia para detectar oportunidades y la valoración de las habilidades propias.

La investigación confirma, además, la mayor propensión de los inmigrantes a crear empresas. Por otro lado, la tesis desarrolla la diferente participación de hombres y mujeres en la actividad empresarial, no por el hecho de género en sí, sino por las diferentes percepciones subjetivas hacia la actividad emprendedora que hombres y mujeres poseen. En la actualidad, los hombres se implican en mayor medida que las mujeres, si bien esta diferencia se va reduciendo lentamente año tras año. El estudio evidencia que los parados, los grupos de mayor edad y las rentas bajas tienen menor propensión a implicarse en un proyecto empresarial.

La tesis reconoce la conveniencia de profundizar en todos estos hechos en nuevas investigaciones para responder adecuadamente a las necesidades singulares de los distintos colectivos de población a la hora de emprender un negocio. El estudio recomienda la incorporación de estos factores a las actuaciones de política de fomento emprendedor en forma de objetivos a alcanzar por tales actuaciones -dada su influencia en la propensión emprendedora-, y también como instrumentos de control de las mismas.

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