La Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche expone hoy la “Big Neurona”, una reproducción a tamaño gigante de la célula nerviosa que investigó Cajal, en el Centro Cultural “La Corrala” de la Universidad Autónoma de Madrid, dentro de la “Noche de los Investigadores de Madrid”. Este proyecto de Comunicación Social de la Ciencia ha sido desarrollado conjuntamente por la empresa “El Caleidoscopio” y la “Asociación Nacional de Estudiantes e Investigadores Siglo XXI”, con la colaboración de la Sociedad Española de Neurociencias, el Instituto de Neurociencias CSIC-UMH y el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

La “Big Neurona”, de 15 x 12 metros, se centra en la explicación del funcionamiento de las llamadas neuronas espejo, que son los centros cerebrales que se encargan de la empatía entre las personas. Esta estructura ha sido construida como base para la exposición de contenidos sobre neurociencias y para experimentar con el concepto de empatía, y por tanto también para que  sea interactiva con los participantes.

Los asistentes podrán adentrarse en el universo neuronal a través de cuatro partes diferenciadas en las que podremos disfrutar de varias actividades. En la primera de ellas, las dendritas, encontraremos información acerca del funcionamiento del cerebro, del sistema visual y de las neuronas en general. La segunda parte del recorrido se adentra en el núcleo o soma, recreado en forma de laberinto de espejos donde se encuentran también diferentes ilusiones ópticas y un software que ayudará a “meternos en la piel del otro”. La salida del laberinto conducirá al axón, un túnel del terror donde habrá más de una sorpresa. Ya en la salida, el público podrá disfrutar de diversos talleres, entre los que se encuentra el juego del espejo empático.

La “BIG NEURONA” es un museo móvil educativo, interactivo y preparado para diferentes grupos sociales y niveles educativos, cuyo diseño es como un laberinto que recorre el interior y que incluye varios espejos que ayudan a los participantes a tomar conciencia de sí mismos y comprender el mecanismo de funcionamiento del cerebro para interpretar las imágenes.

La propia instalación será una forma de aprendizaje en sí misma, ya que el laberinto requiere que los visitantes interaccionen con el mismo, tomando decisiones que los llevarán a falsas salidas o a la salida correcta, conduciéndoles a los talleres, actividades interactivas con monitores socioculturales, y proyecciones que mostrarán la aplicación de lo enseñado en el interior del laberinto. Además, tras la experiencia de los visitantes se recogen sus vivencias a lo largo del recorrido, de manera escrita oral y en vídeo de tal manera que pasan a formar parte de la estructura.

Los objetivos del proyecto son, en primer lugar, llevar la cultura científica a todos los grupos sociales incidiendo en los que clásicamente están alejados del sistema de ciencia e innovación, todo esto articulado en torno al Año de la Neurociencia 2012. Además, hacerlo de manera amena, directa y rigurosa, a la vez que se tratan temas sociales actuales (basándonos en la teoría de las “neuronas espejo”, base de la empatía social). Por último, se pretende captar la atención de diferentes tipos de público, fomentando la curiosidad por la ciencia y sensibilizando en valores sociales.