La UMH trata de aumentar el color rojo de la granada para subir las ventas
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27 octubre 2015
Científicos de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche han emprendido un proyecto para, sin afectar a su calidad interna, tratar de aumentar el color rojo de la piel de la granada con el fin de convertirla en más atractiva de cara al consumidor.
El éxito de la venta de fruta o verdura entre los usuarios depende en muchos casos del color del producto y, un ejemplo claro, está en la granada, que cuenta con un color amarillento que, quizá, no resulta del todo atractivo.
El 90 por ciento de la producción nacional se sitúa en el entorno de Elche y Albatera. Ahora, investigadores de la UMH intentarán que la piel gane en intensidad de color rojo «sin afectar a su calidad interna» para acabar así con el problema de comercializar este producto en el extranjero ante la «ausencia» de color.
El profesor del Área de Tecnología de los Alimentos Daniel Valero ha resaltado la «excelente calidad, dulzor y semilla blanda» de la granada. «No tiene nada que ver con la calidad interna. Nuestra granada es muy buena pero el consumidor siempre asocia un color al buen producto», ha indicado Valero, quien ha insistido en la necesidad de «hacer mejoras» para incrementar la exportación y ampliar el mercado, ya que una de las mayores ventajas con las que cuenta la granada es su potencial antioxidante.
Y es que, según sus palabras, la zona sur de Alicante cuenta con «la variedad (mollar) mejor desde el punto de vista sensorial y organoléptico más apreciado por los consumidores».
La calidad y concentración de la producción de granada en este ámbito geográfico y la calidad de las líneas de investigación desarrolladas en la UMH, ha llevado a un grupo de investigadores iranís de la Universidad Tarbiat Modares y de los centro de investigación agrícola de Yazd y de Saveh a visitar hace unos días las instalaciones de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO).
Irán es el principal productor del mundo de granada pero, según Valero, sus variedades son «muy ácidas y de piñón duro, lo que significa que cuando vas a comerla tiendes a expulsar la semilla y no la ingieres».
Por el contrario, la variedad mollar tiene un dulzor «muy elevado» y la semilla es «blanda y a veces incluso imperceptible al masticar». «Precisamente -ha continuado- en la semilla se encuentran muchos contenidos lipídicos y ácidos grasos y saturados, además de omega 3 y omega 6 que son interesantes desde el punto de vista de la salud».
Las características de su producción -ácidas y de piñón duro- no les beneficia a la hora de comercializar sus variedades y, por ello, durante esta visita de día y medio, los investigadores de Irán han tratado de establecer diferentes tratos con empresas españolas para introducir su producción.
Del mismo modo, algunas productoras alicantinas también han establecido contactos para comercializar nuestra variedad en Irán.
Para ello, investigadores de la UMH trabajan, por un lado, en el mantenimiento de la calidad de la granada durante su almacenamiento y es que, según Valero, este producto se recolecta en octubre o noviembre y se suele guardar unos seis meses hasta finalización de existencias, lo que provoca muchas vedes el «deterioro de su calidad».
«El objetivo es alargar la vida útil de la granada el máximo tiempo posible con características de calidad y, por supuesto, de seguridad y cuando la consumamos no tenga problema médico alguno», ha indicado.
La otra línea de investigación está orientada a la industrialización de productos derivados de la granada, «de la que últimamente se está aprovechando todo».
«De la piel se hacen cápsulas a nivel dietético mientras que con las semillas se están elaborando zumos y extrayendo componentes ácido-grasos, que son bastante beneficiosos y se mantiene en forma de cápsulas», ha concluido Valero.
EFE.
Declaraciones del profesor de Tecnología de Alimentos de la UMH Daniel Valero.