Investigadores participan en un estudio para identificar molinos de viento peligrosos para las aves
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25 junio 2018
Conciliar las energías renovables, como los molinos de viento, con la conservación de la biodiversidad es uno de los objetivos de un estudio en el que participa un grupo de investigadores del Departamento de Biología Aplicada de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. En concreto, este estudio ha identificado los molinos más peligrosos para las aves y plantea la necesidad de evitar la instalación de futuras instalaciones en áreas especialmente sensibles para la fauna. La revista Biological Conservation ha publicado este trabajo en el siguiente enlace: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320718305251.
Para evitar y reducir las muertes de aves por colisiones con los molinos de viento, los investigadores han realizado un seguimiento a los buitres como especie indicadora. La investigación indica que en España la colisión con los aerogeneradores provoca miles de muertes al año de diferentes especies; no sólo de aves, sino también de mamíferos como los murciélagos. Uno de los grupos más afectados es el de los buitres. La especie de buitre más común en la península, el buitre leonado (Gyps fulvus), es la más afectada por los parques eólicos, ya que sufre alrededor de 1.000 muertes anuales por colisión.
En este estudio, los investigadores han identificado que los molinos más peligrosos para los buitres, también, lo son para otras especies de aves y para los murciélagos, de pequeño tamaño y difícil detección. Los buitres, que son grandes y fáciles de detectar, son excelentes indicadores de molinos peligrosos, que se pueden parar o desmantelar, para minimizar el impacto sobre la biodiversidad de los parques eólicos.
Asimismo, los investigadores indican que, frente al cambio climático global que amenaza seriamente la biodiversidad del planeta, incluidos los humanos, es importante apoyar iniciativas de reducción del uso masivo de combustibles fósiles, que son las principales responsables. El desarrollo de las energías renovables como la eólica es una estrategia clave para reducir las emisiones de estos gases. En los últimos años, ha aumentado la cantidad de aerogeneradores o molinos de viento que hay en Europa. Sin embargo, esta proliferación de parques eólicos, también, genera un impacto negativo sobre la biodiversidad, principalmente debido a la transformación del hábitat y a las muertes por colisiones con los aerogeneradores.
Según los investigadores, los resultados de este estudio pueden ser de gran utilidad para gestionar los parques eólicos. Señalan que, en las instalaciones ya construidas, sería necesaria la eliminación de los aerogeneradores especialmente conflictivos (aquellos que concentran la mayoría de los accidentes) y la parada de turbinas durante épocas específicas del año como la temporada de migración. Asimismo, añaden que es aún más importante efectuar una planificación a gran escala y coordinada, que permita evitar la instalación de futuras infraestructuras en áreas especialmente sensibles para la fauna afectada como podrían ser las zonas de reproducción, alimentación o áreas potenciales para la expansión (o recolonización).
Estas indicaciones son especialmente relevantes ante el reciente anuncio de la Unión Europea de incrementar el uso de energías renovables hasta el 32% en 2030. La implementación de protocolos como el descrito en este estudio puede ayudar en la conciliación de las energías renovables con la conservación de la biodiversidad.
En este estudio han participado los investigadores del Departamento de Biología Aplicada de la UMH Esther Sebastián González, José Antonio Sánchez Zapata y Juan Manuel Pérez García, así como la investigadora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla Martina Carrete y el investigador de la Estación Biológica de Doñana José Antonio Donázar.
Este proyecto está financiado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y la consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, ambos de la Junta de Andalucía; la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana; el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).