Un estudio de la UMH concluye que el impacto humano es la principal variable en el número de carroñeros de una comunidad

La profesora del Departamento de Biología Aplicada de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Esther Sebastián González ha liderado una investigación que concluye que el impacto humano es la principal variable que afecta al número de carroñeros en la comunidad. En concreto, Esther Sebastián ha desarrollado este estudio junto a los profesores del Área de Ecología José Antonio Sánchez Zapata y Francisco Botella. La investigación, titulada “Consumiendo carroña en el Antropoceno: el impacto humano afecta a la riqueza de especies de carroñeros vertebrados a escala global”, ha sido publicada en la revista Global Change Biology.

Fuente: Imagen de un zopilote rey (Sarcoramphus papa) durante una campaña de campo en Brasil

Este estudio es el primer resultado del proyecto “Estructura y función en comunidades de vertebrados carroñeros: Patrones macroecológicos, defaunación y cambio climático”, financiado por la Generalitat Valenciana, mediante las subvenciones a la Excelencia Científica de Júniors Investigadores (SEJI). En la elaboración de este trabajo, los investigadores de la UMH han colaborado con un total de 45 investigadores de los 5 continentes.

El objetivo de este trabajo ha sido describir los patrones, a escala mundial, de riqueza de especies y de diversidad de carroñeros vertebrados terrestres. Según los investigadores, los carroñeros proporcionan funciones y servicios clave para los ecosistemas como reducir el riesgo de enfermedades infecciosas o acelerar el ciclo de los nutrientes. Para este trabajo, han utilizado un conjunto de datos de 43 lugares de estudio a nivel mundial. Con estos datos, han estudiado los potenciales efectos del impacto humano y variables ecológicas relacionadas con las condiciones climáticas en las comunidades de carroñeros.

Según los resultados del estudio, el número de vertebrados carroñeros en las comunidades varió mucho entre lugares, desde zonas con solo cuatro especies diferentes a zonas con 30. Los investigadores encontraron que las zonas con un grado de impacto humano muy elevado tenían muchas menos especies de carroñeros que las áreas más naturales.

Debido a que las comunidades con más especies tienden a tener más funciones y servicios ecosistémicos, estos pueden quedar muy reducidos en paisajes dominados por humanos en el Antropoceno. Según los investigadores, para conservar la función ecosistémica es necesario priorizar acciones que incluyan planes de conservación efectivos de los carroñeros más amenazados a nivel mundial por envenenamiento, medicamentos veterinarios, persecución o mortalidad asociada a infraestructuras. Además, las acciones que favorecen los sistemas agrícolas extensivos tradicionales y el fortalecimiento del vínculo entre los agricultores y la naturaleza pueden ser una herramienta estratégica para fomentar las percepciones positivas de los carroñeros y promover su conservación y la de los servicios ecosistémicos que brindan. Ambas acciones coinciden con los objetivos estratégicos de las Metas de Biodiversidad de las Naciones Unidas (https://www.cbd.int/sp/targets/, en particular las de las estrategias C y D) y deben abordarse y reforzarse en su próxima renovación.

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