El Instituto de Neurociencias de la UMH colabora en el desarrollo de un método que reduce el daño cerebral en accidentes cerebrovasculares

Un equipo de neurocientíficos, en el que participan investigadores del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha diseñado un método para aminorar el daño cerebral tras sufrir un accidente cerebrovascular. El nuevo procedimiento, publicado en la revista científica Journal of Clinical Investigation, se basa en reducir el daño cerebral de forma significativa reduciendo la concentración de glutamato, el agente neurotransmisor excitador usado por las neuronas para comunicarse con el cerebro. 

17-05-12 Neurociencias

Los accidentes cerebrovasculares, como el ictus, se encuentran entre las primeras causas de muerte e incapacidad en todo el mundo, pero aún no existen medidas terapéuticas efectivas. El daño cerebral es ocasionado por la salida incontrolada al exterior celular de glutamato, que en grandes cantidades resulta muy tóxico para las neuronas.

La propuesta terapéutica del equipo de investigadores de la UMH se ha probado en animales y se basa en la reducción de los niveles de glutamato en la sangre mediante una diálisis peritoneal, una técnica empleada, por ejemplo, para tratar la insuficiencia renal. El resultado es una bajada de los niveles de este agente tóxico en el líquido intersticial del cerebro. Según los investigadores, la diálisis peritoneal tiene la ventaja de que puede implementarse cuando el paciente llega al hospital.

“Aunque ahora son necesarias las pertinentes pruebas clínicas, la sencillez y efectividad de esta estrategia terapéutica hace que su traslado a la práctica clínica diaria pueda llegar a ocurrir en poco tiempo”, afirma el director del Instituto de Neurociencias, Juan Lerma.

“Reduciendo los niveles de glutamato en la sangre podemos llegar a drenarlo de las zonas cerebrales donde se haya elevado”, señalan los directores del trabajo José Sánchez-Prieto, del Hospital Universitario de La Princesa, e Ignacio Lizasoaín, de la Universidad Complutense de Madrid.

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